Su nombre viene de las palabras mayas “chi” (boca), “che’en” (pozo), “itz” (mago o brujo) y “há” (agua): Así, Chichen Itzá significa “la boca del pozo de los brujos del agua”, haciendo referencia al Cenote Sagrado (Xtoloc), el gran pozo natural que los mayas consideraban una de las entradas principales a Xibalbá, su inframundo.
Diversos equipos de investigación han encontrado, en el fondo del Cenote Sagrado, objetos ceremoniales, huesos de animales y numerosos restos óseos pertenecientes a personas cuyas edades van desde los 3 a los 55 años: Su origen, sin embargo, es incierto: Hay teorías que sostienen que los mayas practicaron sacrificios humanos; otros creen que en realidad esos restos llegaron al fondo del cenote como parte de rituales funerarios (es decir, habrían llegado allí después de haber fallecido); y otros dicen que la finalidad de arrojar a seres vivos no era provocar su muerte, sino lograr que intercedieran ante los señores del inframundo. Sí hay acuerdo en que todos estos rituales tenían como fin mediar ante las entidades del Xibalbá para garantizar la lluvia y las buenas cosechas.
En agosto de 2015 se descubrió que, bajo la pirámide de Kukulkán hay un cenote: Este hallazgo confundió a los investigadores, pero para el arqueólogo Guillermo De Anda, experto en arqueología submarina, la respuesta es sencilla: Los mayas sabían de la existencia del cenote y construyeron la pirámide sobre este con la intención de hacerlo: “Los mayas querían representar su universo con estas construcciones. La pirámide se levanta de forma equidistante entre cuatro cenotes, uno al norte, otro al sur, otro al este y el cuarto al oeste. El hallado ahora sería el quinto, el “axis mundi”, “el punto donde crecía la ceiba sagrada cuyas raíces llegaban al inframundo y sus ramas a los cuatro puntos cardinales”.
Para 1926, el gobierno mexicano expropió los terrenos en donde se encontraba la entonces “Hacienda Chichén” y demandó a Thompson, acusándolo de haberse apropiado de manera ilegal del patrimonio: El litigio se prolongó hasta 1945, cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación falló en favor del estadounidense en 1945, dictaminando que Thompson había comprado la propiedad de manera legal y que tenía derecho a explorar y exportar lo encontrado en el cenote de su propiedad.
Chichén Itzá tiene un efecto acústico que fue descubierto por casualidad: Resulta que a finales del siglo XX, cuando aumentó el turismo en la zona, los guías se dieron cuenta que si una persona aplaude de forma frontal a la escalinata, el sonido del aplauso se propaga hacia el peralte de los escalones y rebota en forma de eco distorsionado, con lo que se escucha un sonido muy similar al canto de un quetzal.
El Juego de Pelota de Chichén Itzá es el más grande de Mesoamérica, con 70 metros de ancho y 169 de largo: La idea era meter una pelota de caucho por el aro que está en lo alto del muro, usando los codos, las rodillas y la cara. En la imagen, vemos una reproducción exacta del juego de pelota de Chichen Itzá, realizado en las calles de Mérida.
Chichén Itzá fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1988: En 2007 fue considerada como una de “Las nuevas siete maravillas del mundo moderno”, como parte de una iniciativa privada en la gente eligió los sitios que les representarán mayor interés. Obtuvo siete millones de votos.
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