Donald Trump anunció que deportará a los salvadoreños inmigrantes lo que, según la población, causará un aumento de violencia en el país
Se terminó. Donald Trump, presidente de Estados Unidos, no quiere más a los inmigrantes salvadoreños en el territorio que gobierna. La noticia que dio a conocer el lunes respecto al fin del Estatus de Protección Temporal (TPS), programa que evitaba la deportación de aproximadamente 200 mil inmigrantes originarios de El Salvador, conmocionó a los habitantes del territorio centroamericano.
La violencia protagonizada por dos de las pandillas más peligrosas de América Latina, la MS13 y Barrio 18, tiene en crisis a El Salvador y a Honduras, y el retorno de estos inmigrantes provoca en la población sentimientos de miedo, peligro y también de enojo. Piensan que la desesperación de la que serán presa los deportados será artífice para que puedan ser reclutados por pandillas centroamericanas.
Pero, ¿el país está listo para el regreso de tantos deportados, en caso de no conseguir su permanencia legal a más tardar en 18 meses? ¿Está El Salvador preparado para reintegrar a tantos indocumentados? Un reto que se ve difícil para el gobierno que encabeza Salvador Sánchez Cerén.
En Estados Unidos se presentaron manifestantes a exigir que no se retire el TPS.
El aumento de la violencia no es lo único que tiene molestos y preocupados a los salvadoreños después del anuncio de Trump. La tasa de desempleo, la cual actualmente es del 7 por ciento, podría aumentar de manera considerable.
«La gente cree que cualquiera que regrese de Estados Unidos tiene dinero y los van a extorsionar», indicó a The New York Times, Luis Alberto López, director del Comité de Familiares de Migrantes Fallecidos y Desaparecidos de El Salvador. «Si intentan empezar un pequeño negocio las extorsiones van a ser peores».
Temen que las extorsiones y la violencia en contra de los deportados aumente en El Salvador.
El impacto económico también lo será para Estados Unidos, aunque esto visiblemente no es algo que le importe mucho a Donald Trump. «Dañará a la economía de EUA al privarla de migrantes que trabajan duro y que son encarcelados en tasas 44 por ciento menores que las de los nativos de Estados Unidos», afirmó al diario el profesor asociado de Resolución de Conflictos y Paz Internacional de American University, Charles T. Call.
Aquí entonces es en donde la violencia tiene su nicho. «Los jóvenes retornados serán carne de cañón para las poderosas y mortíferas pandillas de El Salvador», añadió Call. Las cárceles, incluso, ya no tienen cabida para más presos salvadoreños.
La posibilidad de tener un negocio que los ayude económicamente se esfumaría para los deportados.
Mediados de 2019. Esa fue la fecha que el gobierno de Donald Trump decidió poner como límite para que miles de salvadoreños regresen a su país o consigan la permanencia legal en Estados Unidos.
Hasta ese momento, se sabrá con un poco más de certeza cuánto afectará a El Salvador el regreso de tantos deportados y, sobre todo, cómo se reflejará esto en su economía y en el actuar diario de la sociedad que lo conforma.
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