La forma en la que te comunicas dice mucho sobre ti.
Una de las principales diferencias entre el ser humano y otros animales es su capacidad de poder comunicarse con palabras, la utilización de un lenguaje.
Sin embargo, muchas veces la comunicación se vuelve difícil, poco fluida. Esto es porque en la comunicación influyen muchos aspectos de la personalidad.
Para saber cómo eres tú comunicándote, mira atentamente esta imagen, y piensa: ¿Qué ves primero?
Te sorprenderás al descubrir la respuesta.
Un cocodrilo
Si lo primero que viste fue un cocodrilo, es porque eres una persona bastante equilibrada a la hora de comunicarte y explicar tus emociones. Sabes mantener el silencio cuando es necesario, y expresar tus opiniones cuando hacen falta.
Tu principal problema es que te envalentonas cuando algo de lo que se está hablando toca tu fibra sensible, y ahí no entiendes razones: largas todo lo que piensas sin medir consecuencias.
Esto puede traerte ciertos problemas a la hora de relacionarte con los demás que no son demasiado recomendables.
Lo mejor que puedes hacer, ya que la mayoría del tiempo eres una persona racional que sabe comunicarse con los demás, es elegir mejor tus batallas. Si algo te molesta pero no vale la pena, procura respirar hondo y guardar energía para aquello que sí merezca tu atención.
Montaña y agua
Eres una persona a quien le cuesta un poco comunicarse por un simple motivo: dices todo lo que piensas. La honestidad es un gran valor, pero a veces te cuesta discernir las situaciones, y puedes pasar por momentos muy incómodos.
Además, te cuesta distinguir las cuestiones generales de las personales. Cuando alguien disiente contigo, sientes que tiene que ver con tu persona, y no con tu pensamiento.
El mejor consejo para ti es que trates de descubrir que a veces tu mejor arma de discusión es el silencio. Ganarás más de una batalla entendiendo ese concepto.
Dos personas en un barco
Te comunicas acertivamente, aunque a veces te cuesta expresar de forma clara tus emociones. Aunque la precaución y la moderación son grandes dones, a veces no son los que prevalecen en ti, sino la inseguridad.
Como temes lo que pueden pensar los demás, a veces decides guardarte lo que piensas. Lo malo de hacerlo es que eso te queda adentro. A veces, terminas estallando y sacándolo todo de la peor manera, cuando hablarlo en el momento oportuno hubiera sido mucho más fácil.
Debes aprender a no dejar pasar las oportunidades para expresarte. Sin perder tu moderación, que te hace una persona prudente, debes saber que hay momentos en los que no se puede ser ni tibio ni silencioso. Si tomas un poquito de coraje en esas situaciones, no tendrás ningún problema.
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