viernes, 18 de agosto de 2017

La verdadera historia del Tìo Sam

Te mira directamente a los ojos. Tiene la mandíbula como una roca. Sus mejillas rojas son prueba de la ansiedad que siente la nación, así que se decide a señalarte. «TE QUIERO A TI», dice con ímpetu y seguridad. No quiere al vecino, ni a tu hermano, ni al amigo de la infancia que dejaste de ver hace 10 años. Te desea sólo a ti para que te unas al ejército norteamericano y defiendas la tierra de la libertad; aquélla en que los yankees se engañan pensando que pelean por el mejor país del mundo, por la pureza de la nación más próspera de la humanidad. Vestido con los colores de la bandera de la Unión Americana, el Tío Sam se convirtió en la imagen que representaba a ese territorio. Con su piel blanca, ojos serios y rudos, fue el familiar que envió a millones de soldados norteamericanos a la Primera Guerra Mundial, a su secuela, a la de Vietnam y hasta la de Irak, hace menos de 15 años.

Pero, ¿de dónde nació esa imagen? ¿Quién era el Tío Sam y por qué se transformó en la figura que llevaría a la gloria a los soldados de Estados Unidos? ¿Por qué, a pesar de que la nación contaba con figuras como la Dama Libertad o Columbia -la mujer ficticia que adoptó el nombre de Cristóbal Colón y que representaba a una nación brillante y próspera- Estados Unidos decidió elegir al Tío Sam para atraer a los jóvenes a la milicia?


  La primera pregunta posiblemente es la más compleja y la que ha hecho que el mito del Tío Sam sea tan interesante para el pueblo norteamericano. Su historia podría remontarse hasta el año 1812, poco más de treinta años después de que las colonias americanas se independizaron del Reino Unido. Ese año se desarrolló una guerra entre Estados Unidos y el Imperio Británico, provocado por los efectos de las guerras napoleónicas. En la zona de Nueva York había un hombre llamado Samuel Wilson, quien empaquetaba carne que se utilizaba para la milicia norteamericana.

En ese tiempo se exigía que los contratistas que ofrecían esos servicios marcaran los productos con su nombre y el del lugar de donde provenían los alimentos. El hombre decidió marcar los suyos con la leyenda «E.A. – U.S», lo cual se refería a Elbert Anderson, el responsable de los productos y las letras "U.S.", que aludían al nombre United States. Sin embargo, se afirma que los soldados que veían esa marca, decían que el paquete provenía del Uncle Sam, el Tío Samuel, por lo que lentamente se convirtió en una figura que les recordaba a su hogar y eventualmente tomó una personificación humana.

    
Asimismo, otro de los orígenes del Tío Sam posiblemente fue Brother Jonathan, personificación y figura de Nueva Inglaterra, una de las zonas más importantes posteriores a la liberación de las colonias americanas. El hombre usaba un sombrero de copa, el cual es parte importante de la vestimenta de Sam, y portaba ropa con rayas, estilo vinculado con la bandera de la nación. Ya que el ícono era un hombre similar al de un aristócrata, se comenzó a mencionar que él era la figura de las políticas de Norteamérica. Se cree que los jóvenes del país comenzaron a llamarle Tío Sam hasta que se creó una mezcla.

No fue sino hasta la Primera Guerra Mundial que la figura del Tío Sam tomó la forma con la que lo conocemos actualmente. Fue en 1916 cuando James Montgomery Flagg, un ilustrador norteamericano, se dio a la tarea de crear un póster en el que el Tío Sam invitara a los jóvenes a defender Norteamérica. El hombre afirmó haberle dado características más rudas para crear un efecto más fuerte en la población e incluso se dice que se basó en la figura de Franklin Roosevelt (quien sería presidente una década y media más tarde), lo cual fue recibido con halagos por parte del mandatario. Su trabajo se inspiró en pósters antiguos creados por la milicia británica, los cuales señalaban con letras grandes «Los Británicos te quieren a ti», sólo que Sam, en vez de lucir demasiado serio, era llamativo, rudo y hacía ver a Estados Unidos como una fuerza más impetuosa.



  Mientras que Columbia era una imagen próspera, femenina y hermosa que representaba las tierras norteamericanas y sus ideales de libertad, Sam daba una fuerza mayor. Representaba la masculinidad de la época, el poderío caucásico, la mirada ruda y retadora que podría enfrentarse a cualquier enemigo y llegaba hasta el corazón de los norteamericanos con los colores de su nación. Asimismo, la idea de confianza en un "Tío Sam" estaba lejos de la adoración por las tierras y se acercaba más a un respeto por la política y las elecciones de los hombres que eran líderes de las guerras en las que peleaban los soldados. Por ese motivo, su figura ha sido más importante en la guerra que, incluso, la Dama Libertad.

A lo largo del mundo el Tío Sam es visto con desprecio. Representa el hambre de los norteamericanos por el control absoluto y su fuerza imperialista. Actualmente también es visto con desdén por gran parte de la ciudadanía americana, ya que simboliza décadas de sufrimiento de los veteranos de guerra que, aunque en algún punto aceptaron ser parte del ejército del Tío Sam, eventualmente se dan cuenta de que sólo son peones peleando para hombres en sitios privilegiados. Aunque resulta interesante el trasfondo de este ícono, su relevancia en el presente es cada vez menor. «Te quiero a ti», repite el hombre del sombrero y ahora los soldados no sienten valentía, sólo miedo.

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