miércoles, 21 de junio de 2017

Primera Guerra Mundial

El sistema de códigos: Los alemanes eran expertos en interceptar y descifrar los códigos aliados. Ellos también capturaron a uno de cada cuatro mensajeros de documentos. Sin embargo, cuando un comandante de Estados Unidos utilizó miembros de la tribu Choctaw de la Guardia Nacional de Oklahoma, que utilizó un lenguaje extremadamente complejo, los alemanes no pudieron traducirlo, según relatan varios sitios web sobre historia de esta guerra.

La emancipación de las mujeres: Las mujeres se hicieron cargo de muchos puestos de trabajo tradicionalmente masculinos y demostraron que podían llevarlas a cabo tan bien como los hombres. En 1918, a la mayoría de las mujeres mayores de 30 años se les dio el voto en las elecciones parlamentarias británicas. Dos años más tarde, la enmienda 19a concedió a las mujeres americanas el derecho de votar.

Afroamericanos en el campo de batalla: Más de 200.000 afroamericanos sirvieron en la Primera Guerra Mundial, pero sólo alrededor del 11 por ciento de ellos estaban en las fuerzas de combate. El resto fueron puestos en unidades de trabajo, eran utilizados como cargadores, para la construcción de carreteras, y la excavación de zanjas. Sirvieron en divisiones separadas (la 92a y 93a) y entrenados por separado.

Palomas mensajeras: Más de 500.000 palomas llevaron los mensajes entre los cuarteles generales y las líneas del frente. Grupos de palomas entrenadas para volver a la primera línea fueron lanzadas en las zonas ocupadas en paracaídas, en donde permanecían hasta que los soldados tenían mensajes para enviar de nuevo. 

Heroínas de la historia: Edith Cavell (1865-1915) fue una enfermera británica que salvó a soldados de todos los bandos. Cuando ella ayudó a 200 soldados aliados a escapar de la ocupación alemana de Bélgica, fue arrestada y ejecutada por un pelotón de fusilamiento alemán. Su muerte ayudó a cambiar la opinión mundial contra Alemania.

Surgen avances médicos: Los médicos aprendieron una mejor gestión de la herida y el ajuste de los huesos. Harold Gillies, nacido en Nueva Zelanda, fue pionero en el tratamiento en Inglaterra en cuanto a la cirugía de injerto de piel. La enorme escala de los que necesitaban atención médica en la Primera Guerra Mundial ayudó a enseñar a los médicos y enfermeras las ventajas de la especialización y la gestión profesional.

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