sábado, 15 de julio de 2017

Etiopía, un interesante país.

El nombre oficial de Etiopía es República Democrática Federal de Etiopía, pero durante largo tiempo fue conocida como Abisinia, un nombre mucho más evocador, aunque es casi tan antiguo como el de Etiopía, de hecho fueron los griegos quienes le dieron el nombre de ‘Aithiopiaa’ este territorio, que significa ‘el país de los rostros quemados’.

La ocupación humana en Etiopía es más antigua que en casi cualquier otra zona del mundo, se cree que aquí apareció el moderno homo sapiens.

Los mercaderes egipcios ya llegaron hasta estas tierras allá por el 3000 a. C., y las denominaron Nubia y de Kush. Para los egipcios era la ‘tierra de los dioses’, porque de aquí obtenían perfumes como incienso y mirra, o tesoros preciados como ébano, marfil… y por supuesto esclavos.

Los etíopes aseguran que el Reino de Saba, mencionado en el Antiguo Testamento, se hallaba aquí, en Etiopía, aunque la tradición árabe lo sitúe en Yemen. Según otras teorías, sería un estado a caballo entre ambos territorios. Pero lo que cuenta la leyenda es que Menelik I, hijo del rey Salomón y de la reina de Saba fue el fundador del Imperio Etíope.

Es el segundo país más poblado de África, detrás de Nigeria, y más del 90% de la población vive en zonas rurales dedicados a la agricultura.

Los etíopes se enorgullecen de que, a diferencia del resto de África, nunca han sido colonizados por ningún país, aunque los italianos lo intentaron hasta en dos ocasiones sin mucho éxito… eso sí, dejaron su huella en la cocina, en Etiopía se pueden comer pizzas deliciosas.

Es un país de pluralidad religiosa, y el único de su ámbito geográfico que practica una gran tolerancia religiosa: los cristianos (ortodoxos, protestantes y católicos) representan el 61,6% de la población del país, los musulmanes el 32,8% y las creencias tradicionales, sobre todo animistas, el 5,6%. Insluso hay una parte de los etíopes que creen en el Rastafari y Haile Selassie I.

Quizás el fuerte sentimiento religioso del país se deba a que incluso tienen un territorio que llaman ‘el Infierno en la tierra’. Es un desierto sobre una grieta en la corteza terrestre, una gigantesca llanura salpicada de formaciones de sal, sulfatos y azufre, con una actividad volcánica de las más activas en todo el mundo. Esto, unido a las altas temperaturas que pueden alcanzar los 60 °C, que hace pensar desde tiempo remotos que es el auténtico inferno en la tierra, y se llama el Desierto de Danakil. El punto más profundo de este desierto llega a los 100 metros por debajo del nivel del mar.

Tiene incluso una ciudad a la que llaman ‘Segunda Jerusalén‘ y este es el más atractivo de los destino etíopes, la ciudad de Lalibela, al menos para los amantes de la historia. Conserva 12 iglesias subterráneas excavadas en roca, desde la superficie hay abajo, hundiéndose en las profundidades de la tierra, comunicándose por pasadizos y túneles unas con otras, un misterio que sigue vivo y usándose igual que el primer día.

Los Etíopes se rigen por su propio calendario, el cristiano ortodoxo copto, con siete u ocho años de retraso respecto a nuestro El año nuevo etíope se celebra el 11 de septiembre. Y llaman a su fiesta de fin de año Enkutatash ‘regalo de joyas’, debido a la antigua leyenda, según la cual la Reina de Saba regresó repentinamente de su visita al Rey Salomón, siendo celebrada por sus ministros y generales con gran alborozo y llenando de joyas las arcas reales.

Según la tradición copta ortodoxa etíope, el Arca de la Alianza, se encuentra custodiada en la catedral de Tsion Maryam, en el reino de Axum, en Etiopía, después de que fuera robada de Jerusalén por Menelik I, hijo del Rey Salomón, y llevada a Aksum, considerada como la Jerusalén de Etiopía. Y ahí según cuentan ha sido custodiada durante siglos por monjes ortodoxos de la ciudad, no es broma… pregunta a cualquier etíope y te lo dirá.

Etiopía tiene entre 80 y 90 lenguas, y cerca de 200 dialectos, casi tantos como tribus o etnias… Ufff mejor intentar aprender solo al amárico, que no es poco.

El árbol de café tiene su centro de origen en Etiopía, se cree que los ancestros del actual pueblo Oromo fueron los primeros en descubrir y reconocer el efecto energizante de los granos de la planta del café, molían sus granos y elaboraban una pasta con la que aumentaban las fuerzas de sus guerreros. Por cierto que hacen un café buenísimo fuerte, al estilo italiano… algo les quedaría del protectorado italiano. Y una cosa curiosa es que les gusta acompañar el café con palomitas de maiz… ¡qué mezcla!

Desgraciadamente Etiopía no nos sonaba a nada hasta la década de 1980 cuando empezó a resonar en los oídos de Occidente debido a las hambrunas que asolaron Etiopía por las grandes el país sufrió la muerte de más de 1 millón de personas. pero el país sobrevivió, y continuó viviendo con sus peculiares modo de vida ancestrales… Etiopía es el lugar del mundo donde se encuentran algunas de las tribus más intactas de la Tierra: en los recónditos valles del Río Omo, entre exuberantes paisajes de color verde que se entremezclan con inhóspitas tierras yermas, habitan unos quince grupos étnicos, algunos de ellos en peligro de extinción, viven fieles a sus costumbres y tradiciones desde hace siglos: indígenas con cuerpos pintados, tocados de plumas, cabellos untados en arcilla, o con platos de barro colgando de un agujero en el labio.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario