Aún
así, la familia Smurl siguió trabajando. Jack fue ascendido en su
trabajo y también era el entrenador del equipo de softball de su hija;
Janet se quedó embarazada de dos niñas y ayudó a organizar un grupo de
lucha contra el alcohol en la escuela secundaria local. Las chicas
estaban destacando en sus estudios y los suegros estaban felices. Sin
embargo, como todas las buenas historias de fantasmas, su suerte estaba a
punto de cambiar. Pronto, los Smurl tuvieron problemas para llegar a
fin de mes. Mary, la madre de Jack, sufrió un ataque al corazón. Además,
las visitas “fantasmales” se intensificaron…
Mary
y Janet afirmaron haber percibido voces que sonaban extraño: a Janet le
pareció oír a su suegra pronunciar su nombre, mientras que Mary creyó
escuchar a Janet y a Jack en medio de una discusión cargada de
improperios. Al parecer, ominosas masas negras se formaban y flotaban a
través de los pasillos; Janet dijo que había sido visitada en plena
noche por una fuerza malévola que intentó abusar íntimamente de ella
mientras dormía. Después, Jack se unió al club. Mientras estaba acostado
en la cama con Janet, oyó que alguien susurraba, similar a una mujer
joven. Cuando se volvió para mirar a su esposa, vio cómo una figura
sombría comenzó a trepar por sus piernas.
Después
de esa noche, la vida en la casa Smurl se volvió más peliaguda. Una
lámpara se cayó del techo, provocando cortes a una hija de las hijas; El
perro de la familia fue arrojado contra la pared misteriosamente; Janet
dijo que había sido agarrada por una presencia invisible, haciéndola
colgar varios metro en el aire y luego tirándola al otro lado de la
habitación; Jack afirmó que algo similar a un demonio entró en la sala
de estar e intentó abusar de él y hacerle daño mientras veía un partido
de béisbol en la televisión. De hecho, incluso los vecinos informaron
haber escuchado gritos y lamentos horrible mientras la familia se
encontraba fuera…
Aterrorizados,
los Smurl decidieron contactar con el que en ese momento era la pareja
de demonólogos autodidactas más famosos, los Warren. Después de llegar e
inspeccionar la casa durante un rato, Lorraine Warren, una clarividente
con una reputada lista de investigaciones paranormales sobre sus
hombros, llegó a la conclusión de que la familia Smurl estaban
compartiendo su hogar con al menos cuatro espíritus: una anciana
aparentemente inofensiva, una joven con rasgos violentos, un hombre que
falleció sufriendo en el hogar, y un demonio que estaba usando a los
otros tres espíritus para destruir a la familia.
Se
llevaron a cabo sesiones grupales de oración y exorcismos, pero los
ataques no cesaron, así que los Smurl hicieron pública su historia con
la esperanza de que alguien escuchara su situación y supiera cómo
ayudar. Acto seguido, la familia obtuvo más de lo que esperaba; la
prensa se aferró al caso y, como un espíritu malicioso, se negó a irse.
Los medios acamparon frente a su casa, las cámaras parpadeaban y los
reporteros inundaron el césped. Numerosos coches de curiosos se paseaban
por los alrededores esperando ver algo de otra dimensión. Al final, la
familia Smurl se encontró en el centro de un circo mediático. Los
representantes de la Iglesia Católica Romana de Scranton no estaban
seguros sobre la actividad paranormal, por lo que múltiples sacerdote se
acercaron a bendecir el hogar. Sin embargo, según los informes, “no
ocurrió nada” mientras estaban en la propiedad.
En
el año 1986, un sacerdote del área se mudó a la casa, con la esperanza
de ser testigo de primera mano de las fuerzas demoníacas, pero no pasó
nada. Al estar dos noches sin problemas, decidió irse sin darle
importancia al caso. El mismo año, los Smurl expresaron su cansancio por
el incesante escrutinio de los medios, así que en 1987, empaquetaron
todo y se fueron del dúplex de Chase Street. Se dice que los fenómenos
los siguieron a su nuevo hogar, hasta que un exorcismo sancionado por la
iglesia en 1989 supuestamente limpió la casa. Desde entonces, expertos,
sacerdotes, productores de televisión y periodistas han estudiado la
historia de los Smurl, incluidos los mismos Warren, quienes narraron el
caso en el documental titulado “The Haunted: One Family´s Nightmare”.
¿Fueron las experiencias legítimas o todo fue una fabricación? Solo la
familia lo supo. Aún así, escéptico o no, uno no puede negar la rareza
del caso.
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