Desde joven, Idris trabajó sin descanso. Primero lo hizo para mantenerse, pero cuando fue padre, lo hizo por un objetivo que le pareció más importante: para lograr que sus hijas fueran a la universidad.
El trabajo que Idris consiguió era limpiando alcantarillas. Aunque no tenía nada de malo, por algún motivo decidió durante mucho tiempo ocultar su empleo a sus hijas. Les decía que era obrero.
Cada peso que ganó, Idris lo invirtió en la educación de sus hijas. Pero cuando llegó el día, no fue suficiente: la primera de ellas se graduó en el colegio, y la matrícula de la universidad era demasiado cara. No podían costearla.
"No pude trabajar ese día. Me senté a un lado de la basura y traté de esconder mis lágrimas. No tenía fuerzas para trabajar", recuerda el hombre, según el relato compartido por el fotógrafo GMB Akash, quien lo retrató y difundió su historia.
Pero afortunadamente la historia no termina así. Cuando un hombre tan trabajador se ausentó por un día, sus compañeros se preguntaron qué le había sucedido. Cuando conocieron su historia, decidieron entregarle todo el dinero que habían ganado durante aquella jornada para que Idris pudiera ofrecer a su hija la posibilidad de estudiar. "Moriremos de hambre hoy si es necesario, pero tu hija debe ir a la universidad", le dijeron.
Aquel día la hija de Idris se inscribió en la Universidad. Tiempo después, el fotógrafo GMB Akash recogió su testimonio y difundió la historia en Facebook. Cada día, GMB publica la historia de una persona de cualquier parte del mundo. Cuando le tocó a Idris, más de medio millón de personas vieron su historia, se conmovieron y algunos de ellos le ofrecieron ayuda.
¿Tú conoces a alguien con una historia así?
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