Primer
encuentro: El lugar fue descubierto por el investigador Hiram Bingham
III, de la Universidad de Yale, quien en realidad estaba buscando
Vilcabamba, la última capital Inca antes de que los españoles
conquistaran América. La ciudad fue encontrada tal cual los Incas la
dejaron, y aparentemente, nunca fue visitada por los conquistadores
españoles. Tampoco existen referencias en los textos europeos sobre
Machu Picchu.
Intihuatana:
Uno de los más grandes misterios de Machu Picchu es una gran roca
llamada Intihuatana, situada sobre una plataforma. Su propósito es
desconocido, y las investigaciones han demostrado que no es un reloj,
como antes se pensaba, pero sí pudo haber servido como observatorio
astronómico.
Los
Incas no fueron los únicos en habitarla: Las investigaciones demuestran
que los Incas no fueron los únicos en habitar Machu Picchu, porque se
encontraron cráneos modificados, una práctica característica de algunos
pueblos de la costa y de las montañas. Los utensilios encontrados
tampoco son solamente de los Incas, sino que hay algunos incluso del
Lago Titicaca.
Centro
espiritual: La ubicación de Machu Picchu, rodeada por el río Urubamba y
las montañas, lo convierten en un lugar estratégico religiosamente para
los Incas. Todo indica que era un lugar sagrado, donde las energías
exactas se juntaban debido al lugar en que se situaba. En la actualidad
es imposible encontrar algún elemento que devele las verdaderas
intenciones del emperador al construir Machu Picchu, pero podemos
disfrutar de la belleza de una de las maravillas del mundo.
Terrazas:
La teoría más común es que las terrazas de Machu Picchu eran utilizadas
para cultivar, y aunque esto era cierto, la realidad es que tan pocas
construcciones no podían sustentar el alimento de todo el mundo. La
mayoría de las plantaciones se encontraban probablemente alrededor de la
ciudad y no exactamente en las terrazas.
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