A la entrada a la cueva se proyecta una pared de roca cubierta por muchas plantillas a mano. La mayoría de las manos son manos izquierdas, lo que sugiere que los pintores realizaron el tubo de pulverización con la mano derecha. Dentro de la roca albergan en sí hay cinco concentraciones de arte rupestre, posteriormente figuras y motivos menudo superponen a los de períodos anteriores. Las pinturas fueron realizadas con pigmentos minerales naturales – óxidos de hierro para el rojo y púrpura, caolín para el blanco, natrojarosite para el amarillo y óxido de manganeso para el negro – molido y mezclado con un aglutinante, cuya naturaleza se desconoce.
Las pinturas pertenecen a tres culturas diferentes. El primer grupo de humanos eran cazadores de larga distancia, cuya principal víctima fue el guanaco. Alrededor de 7000 aC, un segundo nivel cultural puede ser identificado, distinguido por stencils mano. Las escenas de caza ya no se encuentran en esta edad. También hay algunos ejemplos de plantillas de los pies del avestruz americana (ñandú). Esta cultura duró hasta alrededor del año 3300 antes de Cristo, cuando el arte se volvió más esquemático e incluyó zoomorfas muy estilizado y figuras antropomorfas.
La final cultural comenzó alrededor de 1300 aC. Su arte ejecutado en los pigmentos de color rojo brillante, se concentró en figuras geométricas abstractas y representaciones muy esquemáticas de animales y humanos. Se cree que ha sido el trabajo de los históricos Tehuelche cazadores-recolectores que habitaban el vasto territorio de la Patagonia, cuando los primeros comerciantes y colonos españoles llegaron. Fue la creación de grandes haciendas de ganado que trajeron su estilo de vida a su fin.
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