1. Piedras en vez de papel higiénico
¡No te imaginas qué cosas se usaban antes
de la aparición del papel sanitario! Hojas de plantas, mazorcas,
cáscara de coco, lana de oveja y tela (para quienes podían darse
ese lujo), palo con esponja o simplemente agua. Sin embargo, los griegos
antiguos nos sorprendieron más que todos: para estos fines usaban... ¡piedras,
guijarra o escombros de platos rotos!
A diferencia nuestra, las personas de los
siglos XVIII-XIX no podían simplemente entrar al agua
en la playa. Tenían que usar máquinas para bañarse: unos
artilugios especiales parecidos a casitas de verano. Las máquinas
se colocaban en el agua para que las personas pudieran bañarse
en el mar lejos de las miradas ajenas. Al mismo tiempo, las
máquinas para las mujeres se ubicaban lejos de las que estaban
dedicadas a los hombres.
3. Fumar a bordo de un avión
Hace 50-60 años fumar no se consideraba
un hábito tan nocivo. Las personas lo hacían incluso durante los
vuelos, sin importar la presencia de otros pasajeros. Hoy en día
fumar durante los vuelos está prohibido. Sin embargo, en algunos países
(por ejemplo, en Irán), esta prohibición no aplica.
4. Fotografías póstumas
Otra costumbre que hoy en día parece
bastante tenebrosa. Pero en el siglo XIX fue una manera
de inmortalizar a los familiares fallecidos. Por lo general,
antes de fotografiar a los muertos, se les hacía ver "más vivos":
los ponían en las posiciones naturales y les dibujaban los ojos
en los párpados cerrados. Tal y como lo hicieron en esta
foto.
5. Miedo a bañarse
En la Edad Media en algunos países
se creía que el agua no le traía nada más que enfermedades
a la gente y a los piojos se les decía “perlas
de Dios“. También los reyes compartían esta manera de pensar. Isabel
de Castilla se sentía orgullosa de haberse bañado sólo dos
veces en la vida: al nacer y antes de su boda.
Un día alguien le dijo que tenía manos y uñas sucias,
a lo cual la reina contestó: ”¡Oh, eso que no has visto mis
piernas!".
Desde el siglo XVI hasta aproximadamente 1920, los
niños de hasta cierta edad (4-8 años) traían vestidos puestos
y esto se creía totalmente normal. Tal vez el motivo principal
era el costo alto de la ropa y los vestidos eran más
prácticos porque duraban más tiempo. La tradición también existió
en la familia del zar ruso Nicolás II: en la foto
de arriba está el príncipe Alekséi con un vestido parecido
a los que traían sus hermanas.
7. Despertadores vivos
Knocker-up, o despertador, fue una profesión que
existía desde los finales del siglo XVIII hasta 1920. La responsabilidad
de esas personas era despertar a aquellos que tenían que
ir a trabajar. Los despertadores tocaban las ventanas de sus
clientes con palos o usaban cerbatanas. No está claro quién
despertaba a los "knocker-up", pero, según una versión,
no dormían del todo.
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