1. Se debe entender que
una ruptura es un duelo y se debe asumir como tal. De
hecho, Peña afirma que una ruptura afectiva es mucho peor que un duelo de
muerte. Por esta razón, es necesario que se afronte de esta manera.
2. Tener muy claras las razones por las que
se termina la relación. La sinceridad de ambas partes es clave
para que al finalizar quede todo muy claro. Peña cuenta que cuando una relación
termina es porque las cosas venían mal desde antes, por lo que, en muy pocos
casos, la decisión no es repentina. “Los argumentos deben ser válidos, claros y
ciertos”, cuenta el experto.
3. No intentar ser amigo de la expareja.
Es es uno de los errores que más se cometen en esta etapa. El psicólogo
recomienda no tratar de establecer ningún tipo de vínculo, por lo menos,
durante los tres meses posteriores a terminar; es decir, aplicar la ley del
cero contacto, con el fin de evitar malentendidos y conflictos a largo plazo. Asimismo,
la familia y los amigos en común no deben ser fuentes de información para
ninguno de los dos, pues con esto solo logran que el ciclo tarde mayor tiempo
en cerrar.
4. “Antes de terminar, se debe evaluar si se han
agotado todas las posibilidades de parte y parte”, dice. Cuando
una pareja experimenta una crisis, hasta el punto de asegurar que no hay nada
que se pueda hacer para que la relación continúe, ambos deben analizar los pro
y contra de la situación. Si, definitivamente, uno de los dos decide que no hay
solución; el otro debe aceptar su decisión y retirarse con dignidad, por más
que duela.
5. Tener claro que la decisión que se tome es la
mejor para ambos. Antes de dar por terminada la relación,
es importante, además de estar completamente seguro, examinar las consecuencias
que traerá la separación.
6. El respeto ante todo. Es vital
que los temas de conversación se den con el mayor tacto y respeto posibles. La
recomendación es no callar los aspectos que no nos agradan de la pareja, hasta
el punto de explotar y decirlos de una forma hiriente. En estos casos, hay que
acudir a la serenidad, para que la conversación no se salga de
control.
7. “Nadie es responsable de la reacción del otro”.
En relaciones destructivas, escuchar frases como “si me dejas me mato” es muy
común. Sin embargo, la forma en la que la otra persona afronta la pérdida no
está sujeta a su expareja, por lo que se debe hacer caso omiso a estos tipos de
manipulación y no sentir culpabilidad.
8. Si hay asuntos pendientes hay que
generar acuerdos. Las dudas relativas al tema económico
son algunas de las más comunes posterior a la separación. Por ello,
se deben hacer acuerdos para dar por terminadas, además de la relación, las
cuentas, de todo tipo, con la ex pareja.
9. ¿Y los regalos? La regla
de oro es nunca devolver los detalles que se recibieron durante el tiempo que
duró la relación, pues es un acto psicológicamente muy agresivo. El consejo es
guardarlos, botarlos o usarlos, pero no elegir esa opción, sin antes haber
eliminado la carga emocional de los objetos.
10. Un clavo no saca a otro clavo.
Después de la ruptura es poco sano empezar una nueva relación, por cualquiera
de las partes implicadas. Se debe vivir el duelo por sí mismo y esto no implica
cargar a otro el dolor o la nostalgia de la pérdida, para evitar asumirlo.
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