sábado, 2 de diciembre de 2017

¿Cuál es la monarquía más antigua del mundo?


La monarquía como sistema de gobierno arranca en el seno de civilizaciones de Mesopotamia y Egipto. Pero la casa imperial japonesa es la monarquía moderna más antigua del mundo que hoy se mantiene en el trono.

Japón es la única nación moderna que aún se refiere al jefe de su familia real como emperador, quien es el jefe de Estado y la máxima autoridad de la religión ancestral shinto.


En japonés, el emperador se llama tennoo “soberano del cielo”, algo que remite a la idea de que la familia imperial desciende de los dioses.

El Imperio nipón se remonta hasta la fecha mítica del 11 de febrero del 660 a.C. y su emperador actual Akihito es el número 125 de una línea sucesoria que se remonta a la fundación del país, en el siglo VII antes de Cristo por el emperador Jimmu, de quien la leyenda dice que descendía del Sol.


Aunque lo relativo a los primeros 25 monarcas está envuelto en un halo de misterio, hay evidencia histórica de una línea hereditaria continua desde el año 500 de nuestra era hasta hoy.

Algunos historiadores consideran que los catorce primeros emperadores son más bien personajes legendarios que reales ("así es fácil tener la dinastía más antigua del mundo", opinará alguno).


A lo largo de la historia las mujeres podían ascender al trono y gobernar por derecho propio, pero solo han existido ocho emperatrices.

Hasta el siglo XX, los emperadores japoneses solían tener una esposa oficial y varias concubinas, todas de familias nobles. Akihito ha sido el primer emperador al que se permitió casarse con una plebeya y contrajo matrimonio con Michiko Shoda, después de conocerla en 1956 en una cancha de tenis.

En el siglo XXI, la ley sálica vigente en el país establece que sólo heredará el título de emperador un descendiente varón, aunque Japón se planteó cambiar las normas para que pudiera heredar una mujer.



Hasta la Segunda Guerra Mundial, el emperador japonés era casi un semidiós para su pueblo.

La derrota en el sangriento conflicto obligó a los emperadores a dejar de ser vistos así, pero no por ello rechazaron las tradiciones ancestrales que con tanto ahínco habían guardado. Una de esas tradiciones, por ejemplo, tuvo en vilo a todo Japón hasta 2006. Debido a que las mujeres no podían heredar el trono, había riesgo de que la dinastía se extinguiera debido a que en la familia imperial había ocho princesas pero ningún varón. Para tranquilidad del pueblo nació Hisahito, que se coloca tercero en la línea de sucesión.

El trono del crisantemo

A menudo, de manera metafórica, se denomina a la monarquía nipona como la del trono del Crisantemo o la dinastía del Crisantemo por ser éste su símbolo nacional.

Pero en realidad sí existe un trono de crisantemo real, una silla de ornato llamada takamikura en la que el emperador se sienta durante la ceremonia de coronación.


La japonesa es una de las monarquías más opacas y tradicionalistas del mundo, con un severo protocolo del que no escapa nadie.

Una de las muchas curiosidades sobre la monarquía nipona es cuando muere un emperador, en el Japón moderno, le cambian su nombre para reflejar la era en la que reinó. Akihito será renombrado como Heisei (“paz en todas partes”). Su era comenzó en 1989. Su padre, el emperador Hirohito, que reinó durante la guerra, fue llamado de manera póstuma Showa, que significa “Japón radiante”.


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