¿De dónde viene el origen de este fantástico cuento de la princesa que murió por una manzana envenenada?
No hay cuentos más crueles ni terroríficos que los de los hermanos Grimm.
Estos dos escritores de origen danés son los responsables de una larga colección de relatos infantiles cuyas adaptaciones por Disney fueron suavizadas en extremo para hacerlos más asequibles a los menores de edad. Si tan sólo supieran que al final de “La Cenicienta”, por ejemplo, los pájaros se lanzan contra las hermanastras de la heroína del relato para arrancarles los ojos con sus filosos picos o que en el cuento de “Pulgarcito” ocurre una masacre donde un gigante asesina a sus propios hijos con un hacha, es probable que tales adaptaciones no tuvieran el éxito mundial con que cuentan hoy. Los Grimm tal vez sean los primeros exponentes del gore y el slasher en la literatura.
Otro de los relatos célebres de estos escritores es el de "Blancanieves", aquella simpática princesa de piel pálida y cabello negro que vive con siete hombrecitos en mitad del bosque después de que su madrastra la mandara matar a manos de un cazador cuando su espejo le revelara que Blancanieves era más hermosa que ella. La cruel mujer pidió el corazón de la joven como prueba del crimen. El relato tampoco está exento de escenas de verdadero horror: la bruja malvada, quien en realidad es la madrastra convertida en tal, es obligada a llevar un par de zapatos de metal ardiente con los que debe bailar hasta morir como castigo a su crueldad.
Muchas veces, los Grimm llegaban a basarse en acontecimientos reales para la confección de sus crueles y retorcidos relatos. "Blancanieves" no es la excepción a esta regla: según algunos historiadores, sus orígenes datan de la princesa alemana María Sofía Margarita Catalina Von Erthal quien sufrió los desprecio de su cruel madrastra. María Sofía, ciega a causa de una viruela, quedó huérfana de madre en 1741. Su padre, Philipp Christoph von Erthal, conde de Kurmainz, se casó entonces con Claudia Elisabeth Maria von Venningen, condesa imperial de Reichenstein, famosa por su carácter cruel y sanguinario.
Los historiadores sostienen que no hay evidencias claras de que María Sofía sufriera los desprecios y maltratos de su madrastra, pero sí una especie de rechazo hacia la joven. Es un hecho que la madrastra le daba preferencia a los hijos que había tenido de un matrimonio anterior y que se llevó a vivir consigo cuando se casó con Von Erthal. Este rechazo y oscuro carácter daría vida a la madrastra mala del cuento y la película. Asimismo, la historia del espejo con el que la madrastra se comunica a diario en el cuento para preguntarle quién es la mujer más hermosa del reino, data de un espejo parlante colocado en el castillo donde vivía la familia, un objeto de adorno que estuvo muy de moda por aquellos tiempos y que hoy se encuentra exhibido en el Museo Spessart en la ciudad de Mainz.
En la región existía una mina en la que laboraban niños con los que la princesa entró en contacto por razones que no se conocen del todo bien. Los niños trabajaban en condiciones de alto peligro y llevaban gorros de colores para proteger su cabeza de los golpes. Estos niños serían lo que los hermanos Grimm retomarían para transformarlos en enanos mineros en su relato. Asimismo, la salud de María Sofía era en extremo frágil, algo acentuado por su ceguera. Esto se reflejaría en el carácter frágil y la constitución enfermiza de Blancanieves.
Una versión diferente
Para el historiador alemán Eckhard Sander, autor del libro Schneewittchen: Marchen oder Wahrheit? (Blancanieves: ¿un cuento de hadas?) la verdadera historia de Blancanieves se encuentra en Margarete von Waldeck, condesa alemana nacida en 1533. Desde temprana edad, la niña jugaba con siete niños desnutridos, envejecidos de manera prematura quizá debido a alguna enfermedad, y de corta estatura que eran súbditos del reino. Vestían viejas ropas coloridas que les iban grandes y los hacían lucir aun más pequeños de lo que eran. Las pésimas condiciones laborales les alteraría su capacidad de crecimiento y a menudo eran llamados los “pobres enanos de las minas”.
Al crecer, Margarete fue obligada por su madrastra Katharina de Hatzfeld, a mudarse a Wildungen, Bruselas por razones que no se explican por el historiador. En Bélgica, Margarete se enamoró totalmente de quien sería después Felipe II de España, quien se encontraba de viaje para conocer los límites y alcances del Imperio que heredaría y del que se tendría que hacer cargo cuando llegara al trono.
Sin embargo, el padre y la madrastra de la princesa se opusieron a la relación al considerarla poco provechosa para sus intereses. A los pocos meses, la condesa fue hallada muerta en sus habitaciones cuando apenas tenía 21 años de edad, al parecer envenenada por manos misteriosas que el historiador achaca a enviados especiales por el propio rey de España para cometer el crimen.
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