Uno de los momentos más especiales de la vida de una persona puede ser el día de su boda. El día de la boda de la joven Katie, además de sus amigos y familia, tuvo otras invitadas muy especiales: sus 13 hijas adoptivas. Katie Davis Majors nació en una familia de clase acomodada de Nashville, Tennessee, en Estados Unidos.
Fue reina del baile, manejaba un convertible dorado y usaba ropa de diseñador. Tenía todo lo que podía desear y más. Sus padres esperaban que fuera a la universidad y tuviera una educación ejemplar, pero a los 18 años la vida de Katie dio un giro inesperado para todos: decidió viajar a Uganda para ayudar a quienes lo necesitan.
En un principio, se suponía que estaría en Uganda solo por un año, pero Katie decidió quedarse y hacerlo su hogar. Además, fundó la organización Amazima Ministries International, para proveer asistencia y apoyo a la gente necesitada de Uganda.
Como era candidata a adoptar, decidió aprovechar la oportunidad y adoptó a 13 niñas. “Probablemente hay muchas historias sobre el momento en el que los padres adoptivos ven por primera vez a sus hijos. Yo tuve la fortuna de experimentarlo, y creo que este sentimiento es aún más profundo que el amor”, dijo Katie.
Sus niñas adoptadas le han enseñado importantes lecciones de amor y armonía espiritual. En 2015 conoció a su esposo, Benji Majors, que también viajó a Uganda con la intención de ayudar a los más necesitados. En 2016 tuvieron un hijo más, Noah.
Katie vive en una villa en Jinja, a orillas del Lago Victoria junto a Benji y sus 14 hijos. Durante la mañana pasa tiempo con su familia y en la tarde le dedica tiempo a las tareas administrativas de su organización. Además, escribió un libro llamado “Besos de Katie”, que fue todo un éxito.
Hoy, Katie vive de un salario modesto y de las ganancias del libro, añadiéndole cada día más páginas a su bella historia de amor y compasión desinteresada. Un hermoso ejemplo para todos.
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