Caño cristales: El río donde el arcoíris se derritió… el rio más bello del mundo. Así conocen a Caño Cristales, sin duda uno de los lugares más bellos y asombrosos del país, dueño de un río de aguas cristalinas que se pinta de cinco colores. Un río que da vida a la macarenia clavígera, la planta que lo convirtió en uno de los atractivos turísticos naturales más preciados de Colombia y que cuando se seca no deja rastro alguno. Queda en el Parque Nacional Natural Sierra de la Macarena, en el departamento del Meta.
San Andrés y Providencia: Varias de las mejores playas de Colombia están en la isla de Providencia. Bañadas por el famoso mar de los siete colores del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, tienen una característica única: permanecen prácticamente solas. Este destino es uno de los secretos mejor guardados de Colombia, así que nunca encontrará montones de turistas. Allí se puede gozar de la vida tranquila de una típica isla caribeña, de la mano de los nativos. Uno de sus principales atractivos es Cayo Cangrejo, una ‘montaña’ verde en medio del mar.
La guajira: Imaginen el desierto, con sus arenas anaranjadas y tostadas, pero con el mar Caribe de fondo. Ese es uno de los paisajes con los que La Guajira sorprende a los viajeros, en lugares como las Dunas de Taroa, el Cabo de la Vela y Punta Gallinas. Un destino aún inexplorado por el turismo masivo, donde los visitantes pueden conocer de cerca las tradiciones de la cultura wayú. En el extremo norte de Colombia y el continente, los viajeros descubren un destino exótico y salvaje, de playas solitarias y paisajes que quitan el aliento.
Nuquí: En el departamento de Chocó, es un paraíso salvaje en el Pacífico colombiano. En un solo lugar, los visitantes pueden disfrutar de la selva tupida y de las aguas verdes y las olas poderosas del océano Pacífico. Uno de los epicentros turísticos es el corregimiento de Guachalito, dueño de varias de las mejores playas del país. En uno de los lugares más biodiversos del planeta, los viajeros pueden apreciar un espectáculo natural entre los meses de junio y noviembre: la migración de las ballenas yubartas que viajan miles de kilómetros desde el Polo Sur para aparearse o parir sus crías en estas cálidas aguas colombianas.
Quindío: cautiva al mundo con un destino turístico inspirado en el cultivo del café. Con el bellísimo paisaje cafetero de fondo –que fue proclamado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco-, estas tierras ostentan pueblos de colorida arquitectura como Salento, el inmenso Valle del Cócora -con su bosque de niebla y sus altísimas palmas de cera-, ríos de aguas tranquilas donde se puede hacer balsaje, un mariposario, un parque que es como el ‘Disney’ del café y otro inspirado en la cultura agropecuaria (Panaca).
El desierto de la Tatacoa: Paraíso de mochileros y el destino más importante para los amantes de la contemplación astronómica. Así es el desierto de la Tatacoa, en el departamento del Huila, un lugar que parece otro planeta. De día predominan los colores naranja de su suelo árido, el verde de los cactus y el azul del firmamento. Pero de noche, en plena oscuridad, el blanco se convierte en protagonista: la luz de un cielo estrellado junto con la luna, ilumina las más de 56.000 hectáreas de este paraje huilense. En el cielo que arropa a la Tatacoa se pueden perseguir estrellas y constelaciones.
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