El Vaticano es el país más pequeño del mundo: Tiene una extensión de 0,439 km2 y una población alrededor de 900 habitantes. Solamente la Basílica y la plaza de San Pedro suponen el 20% de todo el territorio, que a su vez lo convierte en el Estado independiente más urbanizado del mundo.
Tiene a los mejores guardias de Suiza: La seguridad en el Vaticano está más que asegurada por un centenar de miembros de la Guardia Suiza. Están repartidos por el Vaticano cumpliendo diferentes funciones ya sea dentro de las ceremonias como en los puestos de control de alrededor del Vaticanos. En el caso de los que protegen al Papa, suelen ir de civil y van armados con la última tecnología.
La lengua oficial del Vaticano es el latín: El latín es la lengua oficial de la antigua Roma y aún hoy sigue siendo la del Vaticano, lo usa como lengua litúrgica oficial, aunque actualmente también se puede utilizar la lengua natal o la vernácula de cada zona.
En el Vaticano no se recaudan impuestos: Efectivamente, la Ciudad del Vaticano no cobre ningún impuesto, todos los ingresos vienen dados por las donaciones de los católicos de todo el mundo además de las ventas de souvenirs como ya hemos dicho anteriormente.
El archivo del Vaticano ha abierto sus puertas: Actualmente, parte de la biblioteca privada del Vaticano está abierta para cualquier curioso. Evidentemente, hay muchos archivos que quedan ocultos y restringidos, pero gran parte de los documentos se han digitalizado y puedes verlos a través de Internet en su página web
Más de 44.000 personas visitan el Vaticano diariamente: Se calcula que al año 15 millones de turistas pasan la frontera, es sin duda uno de los puntos turísticos religiosos más importantes de todo el mundo.
La Basílica de San Pedro ocupa un área mayor que un portaaviones: Como no podía ser de otra manera, la Basílica tiene el mayor espacio interior de una iglesia cristiana en todo el mundo. Tiene 193 metros de longitud y 44,5 metros de altura.
Tienen la tasa de crimen más alta del mundo: Es el lugar del mundo con más carteristas en proporción a su tamaño y al ser uno de los sitios más turísticos, esto supone todo un festín para este tipo de ladrones. El Vaticano sólo tiene un juez y no tiene prisiones, por lo que los ladrones no son juzgados allí. Sólo hubo una excepción en 2007 cuando se arrestó a una persona que estaba a su servicio y fue pillado con cocaína.
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